WrestleMania XXVII: Undertaker derrota a Triple H

Triple H llegó a WrestleMania XXVII dispuesto a hacer algo que nadie había conseguido antes. Delante de más de 70.000 fanáticos que llenaban el Georgia Dome de Atlanta, tenía previsto subir al ring a pelear contra Undertaker y bajar convertido en el único hombre que ha derrotado al Enterrador en el mayor evento del Pressing Catch. No pudo ser.

Fue un enfrentamiento tan épico como se esperaba y no defraudó, con dos superestrellas que han marcado época en la WWE batallando por hacer historia. Pero la obsesión de Triple H con enterrar la racha de Undertaker no tuvo premio. Al igual que les sucedió a otros 18 valientes antes que él, el Rey de Reyes no pudo con Undertaker en WrestleMania, convirtiéndose en la víctima número 19 del Fenómeno, la racha más legendaria de la historia del Pressing Catch.

El drama de este “Combate sin barreras” comenzó el 21 de febrero cuando el retorno de Undertaker al ring fue interrumpido por Triple H. No hubo ni una sola palabra entre las dos leyendas, pero una mirada de odio delante de la bandera WrestleMania XXVII envió un claro mensaje a los seguidores de la WWE: la guerra de guerras estaba en marcha.

Fue un momento inolvidable, pero, lo cierto es que este combate comenzó a gestarse mucho antes de aquella fatídica noche. Hace dieciséis años, Triple H llegó a la WWE y aprendió de inmediato a respetar y reverenciar a Undertaker como un verdadero líder. Sus caminos se cruzaron de vez en cuando hasta alcanzar el éxito y el estatus de leyenda, pero un triunfo siempre se le resistió a The Game: nunca pudo decir que fue el hombre que derrotó al Enterrador en WrestleMania.

¿Vencer al Fenómeno en WrestleMania? Es algo que nadie ha hecho antes y un desafío que han intentado mitos del ring como Ric Flair, Kane, Edge y, últimamente, Shawn Michaels. Tampoco pudieron. El mismo HBK expresó sólo una semana antes de este combate sus dudas sobre las posibilidades de Triple H de detener la racha del Enterrador. Sin embargo, El Rey de Reyes no cejó en su empeño y los dos mitos se plantaron en la noche del 3 de abril.

La espectacular entrada de ambos en escena provocó escalofríos entre todos los aficionados de la WWE, pero una vez que los focos se centraron en el ring, todo se redujo a las dos superestrellas. No había descalificaciones, ni cuentas de diez. No había barreras. Que la situación se calentó rápidamente no debía haber sorprendido a nadie.

Luchando como si les fuera su vida en ello, los dos mitos se zurraron de lo lindo, lanzándose contra mesas y destrozando a su rival a sillazos. Pese a la violencia extrema que utilizaron, ninguno de los dos abandonó. Triple H ejecutó un Pedigree. Undertaker le pateó y golpeó con su The Last Ride. The Game se defendió.

Cuando el segundo Pedigree no fue capaz de detener a Undertaker, Triple H pareció perder los papeles. ¿Qué más podía hacer para derrotar a este hombre? Con la cara roja de frustración, buscó el plan C: atacó brutalmente al Enterrador rompiéndole una silla de acero en la cabeza antes de tumbarle con la maniobra favorita de su rival, Tombstone. Sin embargo, el Fenómeno no iba a rendirse.

The Game cogió su martillo y pareció que la racha más famosa de la historia de la WWE estaba a punto de terminar. Fue entonces cuando Undertaker bloqueó a su rival con las Puertas del Infierno. Atrapado con esta maniobra de castigo, Triple H luchó para escapar, pero su maltratado cuerpo no pudo más. Después de hacer un último intento de liberarse, el aspirante casi perdió el sentido y se rindió.

Undertaker sufrió pero logró la victoria sobre Triple H en WrestleMania XXVII. Hubo fuegos artificiales y un gigante "19-0" brilló en el pabellón de Atlanta después de que sonara la campana, pero no hubo celebraciones. Los dos guerreros yacían inmóviles en el centro del ring, con sus cuerpos exhaustos después de la guerra que acababan de librar y que los aficionados de la WWE tardarán en olvidar.

El Enterrador ganó la pelea, pero fue Triple H el primero que se puso en pie. Mientras éste, desafiante, regresó hasta la rampa de entrada, Undertaker intentó ponerse de pie también, pero se derrumbó como un castillo de arena. Era un espectáculo terrible que recordó a los seguidores de la WWE que el Fenómeno es mortal y que "La Racha" estuvo a punto de terminar en esta noche extraordinaria.

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